Hola amigos, hoy os dejo aquí un cuento lleno de sabiduría. Espero que nos sirva de utilidad a todos nosotros pero se lo quiero dedicar a una amiga, Carmen Cavero.
Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso Samurái desafió en una ocasión a un maestro en artes marciales a que le explicara el concepto de cielo e infierno. Pero el monje respondió con desdén:
"No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!".
Herido en lo más profundo de su ser, el Samurái se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó:
"Podría matarte por tu impertinencia".
Eso, repuso el monje con calma, "es el infierno".
Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro le señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el Samurái se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al monje la lección.
Y eso, añadió el monje, "es el cielo".
"La paz interior se halla cuando el que la busca deja de hacerlo, no por haberla encontrado, sino por descubrir que siempre estuvo con él y no fuera de él".
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