una paleta y unos lienzos,
no dudaría
en pintar el mar tierra adentro;
en el corazón del hombre que ama,
donde se quedan las huellas
y se graban las palabras.
Allí donde la arena es blanca
y conserva en sus entrañas
la intimidad de amores vírgenes,
la inocencia de furtivas miradas.
Si tuviera los ojos del artista
pintaría para él marinas agitadas
bajo los rayos sonrojados de sol;
las mismas que agitan mi cuerpo
y me arrastran hasta sus playas.
Aguas azuladas o verdes,
donde los amores se esconden
y los fuegos se apagan,
como tus ojos, Marina,
que aún parece que me hablan…
Rosa
Rosa
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