El otro día acudí a un Bautizo de unos familiares. Me preocupa el tema que sea precisamente el cura el que decida si una criatura de meses, puede o no ser bautizada, independientemente de la situación que vivan los padres con respecto a la iglesia.
Por el Bautismo las personas pasan a ser hijos de Dios, y se les perdonan todos sus pecados. El Bautismo es el primer sacramento de la nueva ley que Cristo propuso a todos cuando mandó a sus apóstoles y les dijo "íd y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo"
Si unos padres aunque no estén unidos en sacramento por la iglesia expresan su deseo de que su hijo sea bautizado no creo que nadie deba poner ningún inconveniente, porque Juan no los ponía cuando la gente se acercaba al río y porque Jesús nunca lo hizo. Pero lo importante es el porqué unos curas lo hacen y otros no. Esto me sigue inquietando internamente, me hace dudar de las leyes de la iglesia.
Por otra parte si la Iglesia lo que desea es una garantía de que ese niño va a ser educado en la fe cristiana, ¿no debería ver si los padrinos son capaces de hacer ese trabajo?, Los abuelos, los padrinos, la familia... pueden perfectamente inculcar al niño los valores cristianos en caso de que los padres no pudieran.
¿Y quién es un cura para negar un sacramento? es como negar a alguien la entrada a tu casa. En este caso será raro que haya un acercamiento entre las dos partes mientras que si le dejas pasar ya hay un vínculo para establecer lazos.
Hay parejas casadas por la iglesia que viven una vida alejada de la religión, incluso de la moralidad, y se les considera más capaces de educar a sus hijos en la fe cristiana que otras parejas que aún no habiéndose unido con el sacramento del matrimonio por diferentes causas llevan una vida mucho más ordenada.
¿Aquí prima la hipocresía, la injusticia, o de qué estamos hablando? Es cierto la iglesia se separa cada vez más del pueblo cuando NOS niega el acercamiento.
Gracias a Jorge, de profesión cura, porque él opina : "Lo que no voy a hacer nunca es negarme a bautizar a un niño si los padres lo piden. Negar el bautizo así sólo lleva a un enfrentamiento con la familia y a un rechazo mayor a la Iglesia. Es mucho mejor acoger, respetar, bautizar y crear un clima de confianza, afecto y fe. Quizá el niño no reciba una educación perfecta, pero si los padres marcharon contentos, es muy probable que regresen con el niño para la catequesis de primera comunión. O para otras cosas. Vete a saber."
Y gracias a todas las Parroquias humildes que siguen este ejemplo de abrir las puertas de su casa a todo el que exprese libremente su deseo de entrar.
Rosa
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